martes, 10 de marzo de 2009

LA TRANSFIGURACIÓN


En la lectura del domingo pasado, san Lucas nos recordaba la transfiguración de Jesús en el monte Tabor. Ese es uno de los pasajes que a veces nos resultan más misteriosos en el Evangelio.
Benedicto XVI, meditó sobre ese pasaje ante los peregrinos congregados en la plaza de San Pedro para rezar el Ángelus. "Fue esencialmente una experiencia de oración", afirmó el Papa.
"La oración, de hecho, alcanza su culmen, y por ello se convierte en luz interior, cuando el espíritu del hombre adhiere al de Dios y sus voluntades se funden, como formando una sola cosa", aseguró.
"Cuando Jesús subió al monte, se sumergió en la contemplación del designio de amor del Padre, que le había mandado al mundo para salvar a la humanidad".
Por eso aparecieron Elías y Moisés, para mostrar que las Sagradas Escrituras concordaban en anunciar el misterio de su Pascua, es decir, que Cristo debía sufrir y morir para entrar en su gloria".

Sobre ese mismo tema, nuestro párroco en la homilía del domingo, resaltó el compromiso que nos compete.: “No debemos quedarnos en ese lugar donde nos sentimos cómodos, como pretendían los discípulos, porque nuestra obligación de cristianos está en salir hacia donde nos necesitan.”

Oración y misión: dos acciones que no sólo pertenecen a la historia, sino que nos llaman al compromiso de hoy.

Autor: Ernesto
Fuente: Zenit: el mundo visto desde Roma