viernes, 16 de abril de 2010

CATESISMO-CATEQUISTA


Esta palabra, documentada en nuestra lengua desde el siglo XVI, proviene del latín medieval catechismus, empleada en esa lengua por san Agustín, con el sentido de ‘instrucción religiosa’, procedente, a su vez, del griego katekhismos, con el mismo significado. Este último vocablo se había formado a partir del verbo katehkeo ‘instruyo en alta voz’, ‘resueno’, derivado de ekhos ‘sonido’, ‘eco’ (v. eco).
El participio pasivo del verbo griego katekheo, o sea, ‘aquellos que recibían instrucción religiosa’, era katekhúmenos, que pasó al latín como catechumenus, y llegó al castellano como catecúmenos.
Podemos ver un ejemplo del uso de esta palabra en el siguiente texto de fray Jerónimo Mendieta, de 1604:Unjanse con el crisma en el remolino de la cabeza y el óleo de los catecúmenos se los ponga sobre el corazón a los varones crecidos a los niños y niñas pequeños; a las mujeres crecidas donde sea conveniente, según el dictado del pudor.
Los que impartían esa instrucción religiosa eran llamados en latín catechistas, que dio lugar en español a catequista.

Fuente: La fascinante historia de las palabras Por Ricardo Soca