sábado, 10 de octubre de 2009

LA “¿SOLEDAD?” DEL CATEQUISTA


Muchas veces los catequistas nos sentimos solos. No sólo por falta de una compañía física que esté a nuestro lado, sino también porque encontramos que todos nuestros conocimientos (sean muchos o pocos) son insuficientes para responder una pregunta, para consolar a un afligido o para reforzar la fe.
Tal vez nos sirvan las palabras pronunciadas por Benedicto XVI en la II Asamblea especial para África del Sínodo de los obispos, el 5 de octubre, durante el rezo de la Hora Tercia.
En alusión al himno Nunc sancte nobis Spiritus", el santo padre recordó que
"los Apóstoles después de la Ascensión no empezaron -como quizás hubiera sido normal- a organizar, a crear la Iglesia futura. Esperaron la acción de Dios, esperaron al Espíritu Santo. Comprendieron que la Iglesia no se puede hacer, que no es producto de nuestra organización: la Iglesia debe nacer del Espíritu Santo."

Por eso debemos rogar para
"que Pentecostés no sea sólo un acontecimiento del pasado…, sino que acontezca hoy, más aún, ahora…Pedimos al Señor que realice ahora la efusión de su Espíritu y recree de nuevo a su Iglesia y al mundo."

Ese AHORA destinado a que lo santo penetre en nosotros, debe hacerse una realidad en cada minuto.
Invoquemos al Espíritu Santo antes de iniciar nuestra catequesis y mantengamos nuestros corazones elevados a Él.
Será la única manera de no sentirnos solos.

Fuente: L'Osservatore Romano - 9 de octubre de 2009

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